Boumort es el nombre que recibe un paraje natural, declarado
reserva nacional de caza en el 1991 por la Generalitat de Calalunya, de
impresionante belleza y biodiversidad, situado en el prepirineo occidental
catalán, entre los valles del Noguera Pallaresa y del Segre.
A pesar de las actividades cinegéticas que se llevan a acabo
dentro de su territorio goza de una gran protección que ha permitido el
asentamiento de varias especies de rapaces y mamíferos algunos de ellos
catalogados en peligro de extinción y protegidas por la ley.
Ciervos, gamos, corzos, jabalíes, rebecos (llamados isards en el pirineo catalán) pueden ser
observados sin grandes dificultades por toda su superficie.
Pero las verdaderas estrellas son las rapaces, especialmente
las carroñeras, como el buitre leonado, el negro (que ha comenzado
recientemente a reproducirse con éxito en el lugar), el alimoche y la gran
estrella del parque: el quebrantahuesos. Comparten el espacio aéreo con ellos
el águila real y la perdicera. Las masas forestales son el territorio del azor
y el gavilán. En sus valles y vertientes norteñas con mayor densidad de
coníferas se pueden observar en ocasiones el escaso urogallo y el pico negro.
Pues un mes de abril allí nos presentamos mi buen amigo y
compañero de trabajo Quimo y un servidor.
Para poder utilizar las instalaciones dedicadas a la
fotografía de carroñeras en Boumort se han de solicitar con antelación los permisos
pertinentes al Departament de Medi Natural de la Generalitat de Catalunya. Una
vez concedidos reservamos una noche en CasaRamona, casa de turismo rural muy recomendable (estupenda calidad de servicio
y precio) situada en el tranquilo pueblo de Conques. La ventaja de esta
acogedora casa es que se encuentra situada muy cerca de la entrada a la reserva
y además en la acera de enfrente vive el señor Modesto y su hijo, que son los
guardas de la reserva y los encargados de trasladar a los fotógrafos al muladar,
por lo que se facilita mucho el aspecto de horarios y puntos de encuentro.
Conques. |
Iglesia de Conques. |
Típicas calles cubiertas. |
Para estas aventuras fotográficas programadas no es
necesario madrugar mucho, algo que es lo habitual en cualquier salida
campestre. Es necesario cambiar el chip,
en las zonas rurales no sirve de nada ir con prisa ni agobiarse con los
horarios, te adaptas y se disfruta mucho de este estado.
No llegamos hasta bien entrada la mañana al hide. Esta
estupenda construcción de piedra del mismo lugar esta compuesta de dos espacios
conectados interiormente. Uno por el que se accede es un habitáculo de plata
cuadrada en el que encontraremos un sencillo pero cómodo baño y un armario para
poder dejar nuestras cosas. Como que hay corriente eléctrica proporcionada por
unos potentes acumuladores que se cargan con placas solares es el lugar
perfecto para disponer de los accesorios eléctricos como cargadores y
portátiles. Desde aquí se accede al siguiente espacio de planta hexagonal con
cinco ventanas que permiten ver el muladar desde diferentes ángulos. Puedo
decir que es el hide fijo más cómodo y lujoso en el que he estado, permitiendo
quedarse a dormir en el interior como hacen muchos fotógrafos.
Aquí un servidor posando junto al hide. |
Interior de la zona de trabajo. |
Anexo con baño. |
Un lujo sin duda, hasta corriente eléctrica. |
Quimo. Mi cara era la misma que la suya, de felicidad total. |
Mientras nos instalábamos en el interior los guardas se
dedican a repartir los restos de los mataderos de la zona que han subido en el
maletero del todo terreno dentro de unos bidones. Podemos decirles donde los
preferimos para aprovechar la dirección de la luz, las distancias y los fondos
como más nos interese.
Hay que tener en cuenta que el terreno desde el hide tiene
pendiente ascendente por lo que cuando las carroñeras comiencen a pelearse por
los restos irán bajando acercándose cada vez más al hide, incluso llegaran a
rebasarlo montaña abajo y se quedaran por detrás de nosotros. Por lo que no es
del todo recomendable colocar los restos muy cerca ya que los buitres ya se
encargaran de acercarlos.
Hay momentos que se llegan acercar tanto que no los puedes
enfocar o como mucho te has de limitar a realizar primeros planos que no esta
mal tampoco.
Una ves los guardas se marchan del muladar queda prohibido
rotundamente salir del hide salvo que te estés muriendo o algo peor jejejeje…
Las aves toleran sin problemas el movimiento en las ventanas
pero no soportan ver la figura humana hacer acto de presencia y desaparecerán
rápidamente y esto puede dar por acabada esa sesión o incluso la de los días
posteriores.
Los primeros leonados comienzan a caer del cielo a los pocos
segundos de marchar el vehículo de los guardas, y se crea tal confusión en los
primeros minutos que no sabes que fotografiar. No consigues aislar a ningún
individuo correctamente por lo que se han de aprovechar esos momentos para
realizar fotos de cabezas sanguinolentas y muchas alas y garras en una caos
total.
Buitres leonados comenzando el festín. |
Los modales no son precisamente correctos. |
Los chillidos y rebuznos de los buitres te ponen los bellos
de punta si no estas acostumbrado a escucharlos.
Pasan los minutos y la cosa comienza a relajarse. Los buches
están llenos y comienzan a ser más exquisitos en lo que buscan. La situación es
ahora muy diferente, por lo que es el momento de centrase en aves aisladas o
interactuando con otras.
De repente te das cuenta que los buitres negros ya están
posados en las partes más alejadas observando a los leonados. Este es de mayor
tamaño pero no le gustan las aglomeraciones ni el estrés. Les ha llegado el
momento y comienzan a pasearse entre los embarrados restos picoteando aquí y
allí con calma.
Junto a ellos aparecerán también las estrellas del espectáculo:
los quebrantahuesos. Boumort puede presumir de ser una de los muladares con más
individuos de esta especie de carroñera. Los hay en todas las fases de plumaje
y que es como los expertos se hacen una idea muy precisa de la edad de cada
individuo.
Si la época es la correcta (primavera y verano) también
acudirán los carismáticos alimoches, blancos adultos y oscuros juveniles.
Milanos, cuervos, alcaudones y zorros, alguno viejos ejemplares de no muy buen
aspecto.
También es posible que algún venado cruce el muladar ya que
es una especie muy abundante en la zona.
Sin casi darte cuenta ha pasado varias horas. Es mediodía,
la luz, si la hay, no es la más adecuada y aunque no habías reparado en ello te
das cuenta que estas muerto de hambre. Eso sí, el dedo lo tienes dolorido de
tanto apretar el disparador. Este es el mejor momento de descargar tarjetas si
es necesario y tomar un tentempié, si nos hemos acordado de traerlo claro. Nosotros
si no acordamos y entre lo que trajimos los dos allí había comida para los
buitres y para nosotros.
El resto de horas es ya mucho más tranquilo, ya no hay tanta
hambre y casi no queda nada que picotear en el embarrado muladar. Nosotros lo
pasamos en grande fotografiando a los alcaudones, colirrojos, cuervos y
desaliñados zorros que no paraban de merodear por la zona.
Zorra con problemas de piel. |
Zorro y buitre disputándose los restos. |
Milano real. |
Cuervos. |
Alcaudón real. |
Alcaudón real. |
Como se puede apreciar en las fotos los fondos de las aves posadas en el suelo no son
precisamente los mejores. El terreno está prácticamente desprovisto de
vegetación por el excesivo transitar de las aves casi que a diario y en nuestro
caso el invierno extremadamente seco que habíamos dejado atrás no ayudó mucho
en mejorar el color de los fondos. Pero para mejorar esta situación se han
colocado algunas rocas y troncos para intentar que las aves se posen sobre
ellos y mejorar así los encuadres y perspectivas.
Captar los vuelos no es el punto fuerte de este muladar
debido a la reducida altura de las ventanas del hide. Yo con el 200-400 f4 no
tenía mucho margen de maniobra y tocaba con la parte superior del marco de la
ventana en seguida. No quiero imaginarme lo que sería utilizar un 400 f2.8 que
es de mayor diámetro. Pero me hubiese gustado poder probarlo jejeje…
Aun así algo se pudo hacer ya que buitres y quebrantahuesos
no dejan de sobrevolar el muladar a todas horas.
A las seis de la tarde apareció el todoterreno de los
guardas que venía a recogernos. Intercambiamos información y vivencias de
regreso al pueblo mientras atravesábamos precioso valles y desfiladeros. Estos
paisajes me impresionan y siempre recuerdo el famoso dicho de lo pequeño que te
sientes en estos lugares y en efecto es así.
El día termino en un bar del pueblo de al lado, Isona. Nos
metimos un generoso bocata de tortilla entre pecho y espalda, acompañado de un
gran cerveza, “fea de grande” como dice Quimo. Y para finalizar unos chupitos
que nos sentaron fenomenal, y un puro no porque no fumamos que si no también.
El día siguiente transcurrió de una forma muy parecida al
primero con la salvedad de que a media mañana apareció un coche del parque con
una cierva muerta. La había atropellado un camión en una carretera y nos la
habían subido. Con esto se demuestra lo majos e colaboradores que son los
guardas del parque, y lo digo porque se tarda más de una hora en llegar desde
el pueblo al hide. Con este aporte no esperado la cosa se reactivo de nuevo y
las tarjetas echaban humo, nos quedamos sin espacio para más fotos, el portátil
no daba abasto.
Nos recogieron un poco antes que el día anterior ya que
teníamos regresar para Barcelona. Nos despedimos de los guardas y de la Sra.
Ramona y partimos.
De camino repasamos todas las escenas vividas los dos días y
nos prometimos regresar en otra ocasión. Pero la próxima vez que vallamos a
Boumort espero que nos pueda acompañar mi buen amigo Txema Garcia, que desgraciadamente
no pudo asistir en esa ocasión por encontrarse recuperándose de un grave
problema médico que lo dejo fuera de juego muchos meses.
Txema esta entrada te la dedico con todo el cariño del
mundo, se te echó mucho de menos. Tenemos que repetirla, ¿eh?
Me despido con este corto vídeo de este maravilloso y recomendable lugar.
Madre mía, qué maravilla de "excursión", porque no te has limitado sólo a poner las fotos, ya de por sí espectaculares, sino que has empezado a relatar todo el finde desde el principio, con fotos del interior de las instalaciones y demás, para hacerse una idea de cómo vas a pasar esas horas ahí...qué pena que no nos caiga más cerca a los de la "zona centro".
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por las fotos pero sobre todo por la experiencia.
Menudo harton de hablar que nos pegamos eh ?. Hasta la cerveza estaba fria. Que mas se puede pedir.....
ResponderEliminar:-)
Que buen reportaje te has pegado Antonio, un sitio interesante que tengo ganas de visitar por los quebrantas.
ResponderEliminarMuy buenas las fotos, un saludo, Fernando.
Madre mía!! fotones y experiencia. QUEBRANTA!! qué guapo!! qu divertida y didáctica la narración. enorme entrada antonio.
ResponderEliminarUna experiencia estupenda la que nos narras, estupendo reportaje, mucha calidad y cantidad en las fotos. Un saludo.
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