La sierra de Lleràs se encuentra situada en el
término municipal de Trem, en Lleida. Este interesante enclave prepirenaico da
cobijo a un buen número de aves carroñeras y para poder disfrutar de su
observación y fotografía la empresa Photologistics instaló hace tiempo un hide-observatorio
que oferta para estas actividades.
Compartíamos hide tres personas: Julio Mieza
de Barcelona, Txema García de Mallorca y un servidor. Nos recogió en la plaza
del bonito y tranquilo pueblo de Talarn un guía de Photologistics que nos subió
en un todo terreno hasta el muladar. Estaba amaneciendo y el paisaje
impresionaba a esa temprana hora.
Nada mas llegar a la instalación nos llego el
potente y desagradable olor de restos de conejos de granja en putrefacción del
interior de un remolque cerrado que días antes habían subido para nuestra
sesión. Solo de recordarlo se me revuelven las tripas.
Nos alojamos en el interior del confortable
hide de madera, con baño y literas, y grandes ventanales de cristal espía
mientras el guía vertía la pestilente masa de despojos ladera abajo.
Una vez que se alejo en el todo terreno por la
pista montaña abajo comenzaron a acercarse los buitres leonado y los cuervos.
Milanos reales y negros volaban sobre el muladar observando los restos. Y un
par de zorros correteaban de un lado para otro llevándose pellejos de conejo.
Julio a la izquierda y Txema a la derecha. |
Milano real. |
Buitres leonados haciendo cola. |
Buitre leonado apunto de tomar pista. |
Leonado haciendo pasada al hide. |
Leonado agobiado por la cantidad de verdes moscardones que había. |
Retrato de leonado. |
Algunos esperando su turno. |
Cuervo. |
Este hide esta pensado, tanto en diseño como
en ubicación, para captar los vuelos de las rapaces acercándose al muladar. Si
el viento es favorable van entrando en fila como lo hacen los aviones en un
aeropuerto, permitiendo dispara un buen número de fotos desde la distancia
hasta que pasan a pocos metros de los cristales de las ventanas. Divertidísimo
de verdad.
Un poco mas tarde aparecieron varios alimoches que hicieron las delicias de los tres fotógrafos que allí nos encontrábamos.
Las fotos de las aves posadas en el suelo no
eran precisa las mejores ya que el lugar no esta pensado para estas situaciones,
pero siempre es posible aislar a algún individuo posado sobre una roca o una
rama.
Por poner una pega diría que esta modalidad se
complica un poco al fotografiar a través de los cristales espía, que además de
dejar pasar menos luz los sistemas autofoco se hacen un poco de lio, especialmente
cuando no estamos situados de forma perpendicular a su superficie. Estos ventanales
debido a su gran tamaño tienen instalados cristales de mucho espesor por
razones obvias de seguridad. Si este cristal es más delgado el problema se
reduce como yo he podido comprobar en mi hide del comedero. También el índice de
reflexión del espejo influye, concretamente en la perdida de luz. El que yo he
instalado es de muy baja reflexión y solo quita un paso, eso si para que el
efecto espejo desde el exterior sea completo el interior del habitáculo ha de estar
lo mas oscuro posible. Es decir ha de haber una buena diferencia de intensidad
de luz del interior al exterior, por lo que los días nublados esta diferencia
es menor y cualquier cosa que se mueva tras los cristales a poca distancia se puede
ver desde le exterior.
La cara de felicidad de Txema delata lo bien lo pasamos. |
Hacia el medio día, con las tarjetas llenas, apareció
el guía para devolvernos a la realidad y llevarnos de regreso a Talarn. Julio tenía
a su familia esperándole pero Txema y yo no, por lo que nos quedamos a comer en
Casa Lola, muy recomendable, con una buena carta de platos típicos elaborados
con productos de la tierra. Charlamos y repasamos los mejores momentos de la jornada
y sobre todo, entablamos una amistad que aun perdura. Incluso llegamos a
planear nuevas salidas para los próximos meses.
Sant Adrià visto desde el hide. |
Txema marchó tras la comida ya que tenía que
llegar a tiempo al aeropuerto de Barcelona para volar a Mallorca, pero yo con
menos prisa me quedé un par de horas respirando y contagiándome de la paz y
belleza del lugar. Lugar idílico sin duda para pasar buenas temporadas de desconexión
si vives y trabajas en una gran ciudad como es mi caso.
Muy interesante de nuevo porque relatas todo, pones fotos pero también impresiones y cómo funciona el tema. Y muy interesante la explicación de los distintos tipos de cristales espía y su funcionamiento. A mí este tipo de hides "de pago" no me terminan de gustar, pero está claro que tienen que ser una experiencia inolvidable y que en ocasiones y con ciertas especies no hay alternativa (como con el quebrantahuesos).
ResponderEliminarUn saludo Antonio.